
Mecanismos legales de protección

Si bien es cierto que las manifestaciones de violencia familiar no se producen exclusivamente contra las mujeres, son éstas -a los largo de su ciclo vital- las afectadas con mayor frecuencia.
De este modo, la
casa constituye un espacio de alto riesgo para la integridad de mujeres y
niños, derivándose de ahí precisamente la denominación de violencia doméstica o
familiar.

De otro lado, para interferirnos a mecanismos legales de protección frente a la violencia doméstica o intrafamiliar es importante precisar primero dos conceptos: ¿cuáles son los componentes de todo aquello que calificamos como mecanismo legal o, de manera más amplia, el sistema jurídico?, y ¿a qué acudimos cuando hablamos de violencia intrafamiliar?
El sistema jurídico tiene tres componentes básicos:
El primero: la ley. Es la norma escrita, la que encontramos en los códigos y en las disposiciones legales. Es importante porque tiene carácter universal, es decir, de aplicación general para toda la sociedad desde el momento en que se encuentra vigente. Un ejemplo es el Código de los Niños y Adolescentes, que es precisamente el texto de la Ley, el componente central de lo que significaría un mecanismo legal de protección a niños y adolescentes.

Un tercer componente es el relativo a lo cultural. Alude a la idiosincrasia, a la ideología que está detrás de los aplicadores de la norma. Pero no sólo de ellos, sino también de quienes la concibieron y de aquellas personas que, en determinado momento y frente a un hecho concreto, deciden acudir y solicitar su aplicación.
Estos tres elementos son claves para entender todo lo que
significa el problema de los mecanismos legales en una sociedad determinada.
La mayoría de casos de violencia domestica se producen donde
existe una relación de poder, de jerarquía. Tanto en los casos de violencia
sexual como familiar, podemos apreciar que existe una relación del fuerte
contra el débil.

El elemento de poder puede estar relacionado a la ubicación en el contexto familiar: padres-hijos, tíos-sobrinos; o también por la edad: adultos-niños; o por relaciones de jerarquía: marido-mujer. Estos son, pues, elementos claves que debemos tener presentes al hablar de violencia doméstica o familiar.
En caso de violencia
¿A dónde acudir
en el Municipio de San Martín?
Derechos Humanos y Política de Género
4830-0319/0350
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